1. Hidratación adecuada: El primer paso es asegurarte de que estás bebiendo suficiente agua. El frío puede hacer que olvides hidratarte adecuadamente. Beber al menos 8 vasos de agua al día ayudará a mantener tu piel hidratada desde adentro hacia afuera.

2. Evita baños largos y con agua caliente: Puede ser tentador tomar duchas largas y calientes durante el invierno, pero el agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel, dejándola aún más seca y desprotegida. Intenta limitar la duración de tus baños, utiliza agua tibia en lugar de agua caliente.

3. Utiliza productos hidratantes y suaves: Cuando se trata de la limpieza y cuidado de tu piel facial, es importante buscar productos hidratantes y suaves que no eliminen los aceites naturales de tu piel. Opta por limpiadores y lociones sin fragancia y con ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, aceite de jojoba o aceite de almendras.

4. No olvides usar protector solar: Asegúrate de aplicar un protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 en tu rostro antes de salir al exterior, incluso en días nublados.

5. Utiliza una crema hidratante humectante: Busca una crema rica en ingredientes hidratantes como ceramidas, glicerina y ácido hialurónico. Aplícala dos veces al día, preferiblemente después de la limpieza facial y antes de acostarte.

6. Evita la calefacción directa: La calefacción en interiores puede ser reconfortante durante el invierno, pero también puede secar la piel. Trata de evitar la exposición directa al calor de la calefacción y utiliza humidificadores para ayudar a mantener la humedad en el ambiente.